“Yo creo que todos los panaderos preocupados por un pan de calidad deberíamos estar en la IGP".

"Nosotros queremos vivir vendiendo pan. La degustación es algo secundario".

“Yo voy desde hace mucho tiempo detrás de montar una escuela de panadería en el Maresme”.

«Hacer pan es un amor y también un arte».

"Nuestro principal objetivo es que los clientes vuelvan todos los días. Esto querrá decir que les gusta lo que hacemos, que lo hacemos bien".

"Debemos aprovechar los avances tecnológicos para intentar trabajar como antes pero con la excelencia de ahora y la metodología actual".

“Más allá de contar con un sello de calidad, la IGP ha unido a la gente de la profesión”.

"La regularidad en la elaboración del pan es para nosotros igual a calidad desde hace muchos años".

El futuro de la panadería pasa por la profesionalización, la calidad, la seguridad alimentaria y la especialización..

“Ser miembro de la IGP compensa por el hecho de que vendes un producto certificado y que la gente, cuando lo sabe, te lo pide: ‘que sea pagès catalá’. Lo que se traduce en más ventas.”.

Tengo claro que la Unión Europea no le da un sello de calidad a cualquier producto. Nuestro Pa de Pagès Català lo tiene.

La IGP es una herramienta para defender un producto de país; tan nuestro que nos identifica.